Hoy conmemoramos el Día Internacional de los y las Trabajadores/as, y como todos los años, reafirmamos nuestra postura de defender el acceso a este derecho.
Reclamamos por una educación que garantice la formación y preparación de los jóvenes para el mundo laboral y genere más oportunidades. En nuestros proyectos, promovemos espacios de debate y aprendizaje que brinden herramientas para el empoderamiento de los jóvenes.
En este sentido, entendemos que la Educación Sexual Integral, mediante sus contenidos socioemocionales y pedagógicos, fomenta el autoconocimiento y la construcción del autoestima, y ayuda a desarrollar habilidades personales, lo cual es clave en la etapa de crecimiento de los jóvenes, viéndose a sí mismos como sujetos capaces de romper con roles preestablecidos y poder concretar sus proyectos de vida.
Otra cuestión fundamental es la realidad en la que vivimos. El COVID-19 y su consecuente crisis sanitaria global fueron un punto de inflexión que nos obligó a repensar cómo educamos a nuestros jóvenes. Queremos una escuela que vaya a la par de los avances tecnológicos y el contexto que vivimos en el año 2020; entendiendo la necesidad de estar a la altura de las circunstancias en cuanto a la innovación educativa y las herramientas digitales de esta década. Si queremos una juventud preparada para enfrentar los desafíos de la denominada “Cuarta Revolución Industrial”, la digital, apostemos por los recursos que la modernidad hoy nos ofrece.
Estamos comprometidos con poner en agenda pública esta discusión y trabajamos para impulsar políticas que faciliten y garanticen la inserción laboral de la juventud.
Como una fuerza de jóvenes trabajando, exigimos una educación que vele por nuestro presente y futuro.